Alejandro Jodorowsky Prullansky es un artista polifacético chileno de origen judío-ucraniano, nacionalizado francés en 1980. Entre sus muchas facetas destacan las de escritor, dramaturgo, actor, poeta, director teatral, director de cine, guionista de cine, compositor de bandas sonoras, escultor y escenógrafo en cine, guionista de cómics, etc, pero también instructor del tarot, psicoterapeuta y psicomago.
Su trabajo mas destacado es la reconstrucción del Tarot de Marsella.
En la actualidad, Jodorowsky vive en París, en la avenida Daumesnil, cerca del Gare de Lyon, donde da clases de tarot y conferencias sobre sus técnicas terapéuticas (la psicomagia y la psicogenealogía) en el Cafe Le Téméraire próximo a su casa de la avenida Daumesnil y los miercoles tira el tarot gratis.
Este multifacético hombre responde a preguntas precisas y profundas acerca del Tarot.
¿Qué es lo más básico que hay que saber en relación al tarot?
Que el tarot nos enseña a concentrarnos…Una tirada de tarot es como un combate de kárate, hay que moverse entre las defensas del consultante utilizando la mayor de las delicadezas.
¿Y lo más peligroso del tarot?
El tarot te da poder, puede llevarte hacia la locura hacerte sentir un ser especial dotado de poderes extraordinarios.
Algo que no hay que olvidar. Para no olvidar: “Ni dios, ni maestro”
Toda lectura de tarot es subjetiva. La voz que utilizamos debe de salir desde el corazón. Nunca debemos utilizar la voz que sale de la cabeza, nariz, garganta o dientes porque la resonancia no resultará auténtica.
¿Hay algunas cosas que se deben evitar?
Dar consejos, el consejo siempre es una toma de poder.
Cobrar la mayor cantidad de dinero posible.
Leer el futuro. El cerebro obedece a las predicciones, cualquier predicción es peligrosa. Ofrezcamos programaciones positivas.
Ante una elección, dar distintas posibilidades y que sea el consultante el que decida
No todos quieren saber de dónde les viene el dolor, muchos nos van a pedir una aspirina metafísica (Lo que ofrecen los gurús). Debemos llegar hasta donde el consultante esté dispuesto a profundizar.
Alejandro Jodorowsky