Los 22 Arcanos Mayores, simbolizan el viaje de la vida. Su secuencia es una metáfora del tránsito que cada uno realiza. En un sentido psicológico profundo (arquetipal), describe el Camino del Héroe: el viaje de todo individuo a lo largo de su vida hacia la realización personal. Este recorrido por las 22 claves nos abre ventanas al autoconocimiento y reconocimiento, pues representan situaciones y cualidades propias de cada etapa evolutiva. En tal sentido, nos ayudan a determinar en qué condiciones se encuentra nuestra vida, nuestra acción en ella, nuestra evolución interior en cada etapa del camino. Desde esta perspectiva, el Tarot tiene un protagonista: el Loco, viajero y buscador de experiencias que representa al Ser, que emprende un viaje de 21 Estaciones o Arcanos de cuyas vivencias logra la realización espiritual.
Acompañemos al Loco en su recorrido…
0 – El Loco
Inicia la historia, es el Ser, el niño que busca sin conciencia de sí mismo, quien todavía no sabe que sabe. Protegido por su inocencia, emprende un camino sin meta, sin ataduras ni equipajes. Él es la causa primordial, el origen de todo. El espíritu creador. Voluntad divina expresada en el espíritu humano.
I – El Mago
Para superar las dificultades del camino, El Loco aprende a manejar la materia y manifiesta su energía yang: el Mago quien, con atención consciente, aprende a reconocer los elementos y a transmutarlos. Domina las circunstancias, se hace el protagonista del universo. Todo gira según su voluntad. Se adentra en el camino de la vida con seguridad, consciente de su poder de manifestación.
II – La Suma Sacerdotisa
El Ser conoce la introspección, se sumerge en su propio interior para descubrir el mundo subconsciente donde yacen las verdades de la existencia humana (La Suma Sacerdotisa). Pasiva, íntima y secreta energía yin, conoce el universo y la fuerza operativa que genera. Es la chispa creativa potencial.
III – La Emperatriz
La unión de las dos fuerzas anteriores orienta al Ser hacia un tercer punto de manifestación, La Emperatriz, nueva dimensión de la energía yin. Ideas potenciales y voluntad se unen en las leyes del amor, creatividad y la abundancia de la madre naturaleza. El Ser se hace fecundo y emotivo, dotando de vida a cuanto le rodea, haciendo cambios con belleza y abundancia.
IV – El Emperador
Impone el orden, expresa su voluntad, crea disciplina, ética y organización social. Desarrolla la facultad de raciocinio, impulsa la ley. Como El Emperador dirige, manda y da estructura al colectivo: familia, sociedad, gobierno. Se manifiesta de nuevo la energía yang a través de la severidad del padre.
V – El Sumo Sacerdote
Con la capacidad de razonar lograda, está en capacidad de instruir y surge como Sumo Sacerdote, o Hierofante. Es el maestro que guía y educa para perpetuar la tradición. Él posee la misión de ser un puente entre los otros seres y lo intangible. Alimenta la fe. Es el maestro interior.
VI – Los Amantes
Habiéndose manifestado las energías yang y yin en los padres espirituales (I y II) y materiales (III y IV), es tiempo de que Los Amantes realicen la unión con su complemento energético a través del amor. El Ser aplica la facultad de elección, conciente de su libre albedrío, discrimina y toma decisiones. Elige momento a momento el camino correcto.
VII – El Carro
Logra la capacidad de discernimiento, se adentra en el mundo sabiendo lo que quiere, razonando qué debería hacer y si éticamente es correcto o no. En El Carro las fuerzas opuestas se manifiestan y amenazan desviarle del camino, por lo que deberá elegir el método correcto y utilizar su voluntad al dirigir su vida con coraje y decisión.
VIII – La Fuerza
El Ser ha aprendido lo difícil que es mantener el equilibrio dentro de la dualidad humana. Y se da cuenta de la necesidad de controlar su pasión animal y, con La Fuerza, establecer una alianza entre su vida instintiva y espiritual. Así logra dominar sus pasiones sin lucha, de manera sutil y autoconsciente.
IX – El Ermitaño
En este punto del camino, el Ser ha alcanzado la fuerza de la sabiduría, por eso se retira como El Ermitaño e interioriza para encontrar esa luz en lo profundo de su propio corazón. Comprende todo, pero sigue con humildad y entrega. Es el silencioso maestro que no requiere de nada ni de nadie para continuar su rumbo y jamás se detiene.
X – La Rueda de la Fortuna
Con esta sabiduría alcanzada, el Ser percibe lo transitorio de las cosas, lo permanente del cambio, incluso de ser él mismo el primero que se sabe cambiante, en pensamiento, palabra y acción, lo cual lo lleva a estar alerta ante lo cíclico de las cosas, La Rueda de la Fortuna.
XI – La Justicia
Ahora se encuentra en la mitad del camino, estabiliza y balancea la conciencia con Justicia, equilibra los mundos externo e interno y toma conciencia de la causalidad. Sabe que cuanto ha sembrado ha dado sus frutos y ha comprendido que debe sembrar las mejores semillas para el mañana o asumir las consecuencias.
XII – El colgado
El Ser aprende que no todo es acción. Redescubre los mundos internos y entonces se vuelve hacia adentro, se serena, medita y aprende a esperar. Como El Colgado, un destello de revelación le hace ver las cosas de otra manera y es capaz de ir al revés de la gente, pues ha llegado a entender nuevos paradigmas, como pionero, apóstol, maestro silencioso.
XIII – La Muerte
Este estado de iluminación lo conduce a una transformación profunda. A La Muerte de viejas formas de su personalidad y renace a una nueva y más amplia orientación de interior. Aprende a renacer con cada forma de muerte y comprende que todo muere para asegurar la vida.
XIV – La Templanza
Alcanzado este cambio se conecta con una radiante armonía y un efecto equilibrador que le da Templanza. Se mezcla con la energía universal y sabe que las experiencias extremas de la vida templan su naturaleza y lo hacen cada vez más dueño de su destino.
XV – El Diablo
Pero debe enfrentarse a sus apegos, al mundo de la apariencia. Descubre su propia sombra, El Diablo, raíz de su pasión por lo material. Advierte el poder del ego y las cadenas que lo atan: ignorancia, miedo y materialismo. Al conocer la oscuridad podrá decidir permanecer en ella o buscar la luz.
XVI – La Torre
Un rayo ilumina el cielo súbitamente y destruye La Torre. Evento fuera de control, dirigido por la voluntad superior, que irrumpe y destruye las estructuras obsoletas e inútiles a nivel material, psicológico y emocional. Esta destrucción, esta crisis, da la oportunidad para recomenzar, liberarse y reconstruir.
XVII – La Estrella
Una vez liberado el Ser, que estaba atrapado en la Torre, comienza una nueva vida con esperanza representada por La Estrella. El Ser es guiado por su intuición, conectando con la naturaleza y con el cosmos. Retoma el rumbo consciente del nuevo ciclo y, con el respaldo de todo lo ya aprendido, hace lo que tiene que hacer para reconstruir su existencia.
XVIII – La Luna
Comprende que toda manifestación material y concreta es producto de la mente. Sabe que el universo es mental, que su vida, su cuerpo, sus aliados y enemigos, existen primero en su mente, son ideas cristalizadas. Es luz y sombra, como La Luna, que tiene momentos de lucidez, pero también es víctima de espejismos, proyecciones y autoengaño que lo confunden.
XIX – El Sol
Amanece y sale El Sol y con él ve claro, tanto su entorno como su yo interno, sus raíces. Uno con la luz y la naturaleza irradia vida, entusiasmo y capacidad de compartir con otros la creación de una gran obra común. Su luz irradia y da calor.
XX – El Juicio
A este nivel del camino, el Ser ha entendido que es uno con la creación y capta las señales que lo conducen a trascender lo mental y sus limitaciones: es el momento de El Juicio. Ya maduro, renace, es absuelto, comprende y ama todo lo creado. Ya puede abandonar las ataduras del mundo de las apariencias y comulgar con lo superior, en un viaje de retorno a su origen divino.
XXI – El Mundo
Ha llegado al final del camino. El Ser está autorrealizado, pleno, pues ha integrado a su vida en este recorrido la semilla de Luz, Amor y Vida. Todo se equilibra en armonía, como en una danza cósmica se incorpora activamente con El Mundo y se cierra el ciclo completo de búsqueda, pues ha alcanzado la satisfacción, conciencia plena del Absoluto.
Pero nada es permanente y el Ser (El Loco originario) pronto lo olvidará todo y retomará de nuevo el camino de búsqueda inconsciente, repitiendo escenas, reeditando eventos y maestros (¿Acaso no es así como procede la mayoría de las veces el ser humano: olvidando lo aprendido y repitiendo lecciones de vida?) o se dispondrá iniciar un nuevo ciclo de este viaje interminable que lo llevará a niveles aún mayores de comprensión y realización.
Tarot Los Arcanos