Los Arcanos Mayores del Tarot nos muestran el recorrido del ser humano, sus pruebas, vicisitudes, logros, etc…
Este recorrido por las diferentes “estaciones” describe la evolución que el hombre alcanza en distintas etapas.
En psicología lo denominan el Camino del Héroe.
Arquetípicamente, el viaje es nuestro recorrido espiritual y cada arcano simboliza las estaciones donde nos encontramos.
El Loco, el arcano 0, el espíritu divino que aun no ha encarnado, es el iniciado que comienza su camino
Vamos a acompañar al Loco con nuestra Baraja de Cartas de LosArcanos.com
El loco representa nuestro espíritu libre, nuestro potencial, el amor a la Vida y esta lleno de inocencia, despojado de lazos y limpio de ayeres, solo lleva lo indispensable en esta búsqueda que el vive como un juego, no teme correr riesgos.
Comienza la historia, es el Ser, que emprende un camino sin meta, sin ataduras ni equipajes. Él es la causa primordial, el origen de todo. El espíritu puro capaz de ponerse diferentes atuendos, de hombre, mujer, niño, ángel o demonio. Voluntad divina expresada en el alma humana.
El Loco aprende a manejar la materia y manifiesta su energía masculina yang que manipula sobre la mesa de la realidad: El Mago aprende a reconocer los elementos y a transmutarlos. Domina las circunstancias, es hábil, se vuelve el protagonista. Todo gira según su voluntad. Entra en el camino de la vida con seguridad, y decisión. Todos creamos nuestro propio mundo, único, como el número 1 que lo representa.
I – El Mago:
El Loco aprende a manejar la materia y manifiesta su energía masculina yang que manipula sobre la mesa de la realidad: El Mago aprende a reconocer los elementos y a transmutarlos. Domina las circunstancias, es hábil, se vuelve el protagonista. Todo gira según su voluntad. Entra en el camino de la vida con seguridad, y decisión. Todos creamos nuestro propio mundo, único, como el número 1 que lo representa.
II – La Sacerdotisa:
El Ser conoce la introspección, se sumerge en su propio interior para descubrir el mundo subconsciente donde yacen las verdades de la existencia. La Sacerdotisa es una Energía, pasiva, íntima y secreta, energía ying, conoce el universo y la fuerza que la genera. Es la chispa creativa potencial.
III – La Emperatriz:
La madre universal. La unión de las dos fuerzas anteriores orienta al Ser hacia un tercer punto de manifestación, La Emperatriz, nueva dimensión de la energía ying. Ideas potenciales y voluntad se unen en las leyes del amor, creatividad y la abundancia de la madre naturaleza. El Ser se hace fecundo y emotivo, dotando de vida a cuanto le rodea, haciendo cambios con belleza abundancia y belleza.
IV – El Emperador:
El padre universal. Impone el orden, expresa su voluntad, crea disciplina, ética y organización social. Desarrolla la facultad de raciocinio, impulsa la ley. Como El Emperador dirige, manda y da estructura al colectivo: familia, sociedad, gobierno. Se manifiesta de nuevo la energía yang a través de la severidad del padre.
V- El Sumo Sacerdote:
Con la capacidad de razonar lograda, está en capacidad de instruir y surge como Sumo Sacerdote, o Hierofante. Es el maestro que guía y educa para perpetuar la tradición. Él posee la misión de ser un puente entre los otros seres terrenales y lo divino. Alimenta la fe. Es el maestro interior.
VI – Los Amantes:
Habiéndose manifestado las energías yang y ying en los padres espirituales (I y II) y materiales (III y IV), es tiempo de que Los Amantes realicen su unión energética a través del amor. El Héroe incorpora la facultad de elección, consciente de su libre albedrío, discrimina y toma decisiones. Elige momento a momento su camino.
VII – El Carro:
En algún momento el Héroe logra el triunfo, y la capacidad de discernimiento, se adentra en el mundo sabiendo lo que quiere, razonando qué debería hacer y si éticamente es correcto o no. Las fuerzas opuestas se manifiestan y amenazan desviarle del camino (corrupción), por lo que deberá elegir el método correcto y utilizar su voluntad al dirigir su vida con coraje y decisión.
VIII – La Justicia:
Es el momento del Karma, del destino, tiempo de estabilizar y balancear la conciencia con Justicia, equilibra los mundos externo e interno y toma conciencia de la causalidad. Sabe que lo que ha sembrado ha dado sus frutos y ha comprendido que debe sembrar las mejores semillas para el mañana o asumir las consecuencias.
IV – El Ermitaño:
En este punto del camino, el Héroe ha alcanzado la sabiduría, por eso se retira como El Ermitaño y medita en silencio para encontrar esa luz en lo profundo de su propio corazón. Comprende todo, pero sigue con humildad y entrega. Es el maestro que no necesita de nada ni de nadie para continuar su rumbo y jamás se detiene.
X – La Rueda de la Fortuna:
No hay duda de que todo cambia. Con esta sabiduría alcanzada, el Héroe percibe lo transitorio de las cosas, lo permanente del cambio, incluso de él mismo, en pensamiento, palabra y acción, lo cual lo lleva a estar más atento ante lo efímero y cíclico de las cosas: La Rueda de la Fortuna.
XI – La Fuerza:
El Héroe ha aprendido lo difícil que es mantener el equilibrio dentro de la dualidad humana. Y se da cuenta de la necesidad de controlar su pasión animal y, en este momento, establecer una alianza entre su vida instintiva y espiritual. Así logra dominar sus pasiones sin lucha, de manera sutil y auto consciente. La verdadera Fuerza.
XII – El colgado:
El Ser aprende también que no todo es acción. A veces hay que saber detenerse. Redescubre los mundos internos y se vuelve hacia adentro, se serena, medita y aprende a esperar. Como El Colgado, un destello de revelación le hace ver las cosas de otra manera y es capaz de ir al revés de la gente, ya que ha llegado a entender nuevos paradigmas, como pionero, maestro silencioso. Muchas veces seremos tomados por “Locos”, y nuestro punto de vista será cuestionado.
XIII – La Muerte:
Transmutación. Este estado de iluminación conduce al Héroe a una transformación profunda. A La Muerte de viejas formas para renacer a una nueva y más amplia. Aprende a renacer con cada forma de muerte, y comprende que “La Muerte” es la otra cara de la vida.
XIIII – La Templanza:
Superado este cambio se conecta con una radiante armonía y un efecto equilibrador que le da Templanza. “Se mezcla” con la energía universal y sabe que las experiencias extremas de la vida templan su naturaleza y lo hacen cada vez más dueño de su destino.
XV – El Diablo:
Pero el Héroe debe enfrentarse a sus apegos, al mundo de la apariencia. Descubre su propia sombra. Todos tenemos nuestro lado oscuro. El Diablo, muestra su pasión por lo material. Conoce el poder del ego y de las cadenas que lo atan: lujuria, deseo, miedo y materialismo. Al conocer la oscuridad podrá decidir permanecer en ella o buscar la luz.
XVI – La Torre:
Un rayo ilumina el cielo inesperadamente y destruye La Torre. Evento fuera de control, dirigido por la voluntad divina, que irrumpe y destruye las estructuras obsoletas e inútiles a nivel material, psicológico y emocional del Héroe. Esta destrucción, esta crisis, o la ruina, dan la oportunidad para recomenzar, liberarse y reconstruir. El rayo no ilumina por mucho tiempo y debe estar atento para ver cual es el nuevo camino.
XVII – La Estrella:
Una vez liberado el Héroe, que estaba atrapado en la Torre, como prisionero, comienza una nueva vida con esperanza representada por La Estrella. El Ser es guiado por su intuición, conectándose con la naturaleza y con el cosmos. Retoma el rumbo consciente del nuevo ciclo y, con el respaldo de todo lo ya aprendido, hace lo que tiene que hacer para reconstruir su existencia comenzando de nuevo.
XVIII – La Luna:
Es en realidad un eclipse, como el que el Héroe experimentará muchas veces a lo largo de su vida. Entiende que esta manifestación material y concreta es producto primero de la mente. Sabe que el universo es mental, que su vida, su cuerpo, sus aliados y enemigos, existen primero en su mente, y que son ideas que se materializan. “La Luna” se interpone entre el Sol y la Tierra. Es luz y sombra, que tiene momentos de lucidez, pero también es víctima de espejismos, proyecciones y autoengaño que lo confunden.
XVIIII – El Sol:
Y nuevamente sale El Sol, con su esplendor, y el Héroe ve claro, tanto su entorno como su yo verdadero, sus raíces. Nuevamente hay luz y la naturaleza irradia vida, entusiasmo y capacidad de compartir con otros la creación de una gran obra. Su luz irradia y da calor.
XX – El Juicio:
A este nivel del camino, el Héroe ha entendido que es uno con la creación y capta las señales que lo conducen a trascender lo mental y sus limitaciones: es el momento de El Juicio. Ya maduro, renace, es redimido, comprende y ama todo lo creado. Ya puede abandonar las ataduras del mundo de las apariencias y acceder a un plano superior, en un viaje de retorno a su origen divino.
XXI – El Mundo:
Ha llegado al final del camino. El Ser está autorrealizado, pleno, ya que ha vuelto a nacer al Amor y a la Vida. Todos hemos nacido del vientre de una madre; ahora el Héroe elige su nuevo nacimiento o su nueva vida. Todo se equilibra en armonía, como en una danza cósmica, y se cierra el ciclo completo de búsqueda, ya que ha alcanzado la satisfacción, conciencia plena de lo Absoluto.
Pero nada es permanente en el camino del Héroe (El Loco original). Pronto olvidará todo y retomará de nuevo el camino de búsqueda inconsciente, con iguales sucesos, renovando eventos y maestros. Así es como procede el ser humano a lo largo de sus encarnaciones con diferentes atuendos, olvidando lo aprendido y repitiendo lecciones; disponiéndose a iniciar un nuevo ciclo en este viaje interminable que lo llevará a niveles aún mayores de comprensión y realización, hasta que algún día se libere.
Tarot Los Arcanos